MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO: MOMA
Y como dice el cuento.... "Colorín colorado, este cuento se ha acabado".
Prácticamente "dirigiéndome a los puestos de facturación", acabo con este artículo postrero mis crónicas viajeras, que, en esta ocasión, me llevaron hasta la remota Nueva York.
He querido dejar para el final el museo de arte moderno más grande del mundo:
MOMA: MUSEO DE ARTE MODERNO DE NUEVA YORK
En esta ocasión, no comenzarán estas líneas dibujando mis característicos panegíricos, enrevesados como las lianas de la jungla.
No merece este museo tales distinciones ni ínfulas de elocuente vanagloria, salvo, eso sí, para aquellos amantes acérrimos e incondicionales del arte contemporáneo, donde un puñado de piedras calizas bien pueden simbolizar el advenimiento del apocalípsis, o un lienzo blanco moteado de mariposas azules y negras, dando a entender la pureza de los animales en estado puro y prístino.
Aquellos amantes del arte que apreciamos: la belleza de las sirenas escamadas que son claramente sirenas escamadas, o los cielos estrellados, donde las estrellas no son chinchetas plateadas, sino estrellas dibujadas por genios de la pintura, deberían seguirme hasta las plantas 4ª y 5º, donde se hacinan los visitantes, huyendo, acaso, del resto de salas vacías y espectrales, ocupadas por cortinones, lienzos abstruso y cosas inimaginables que pretenden ser lo que claramente no son.
SALAS 4 Y 5
Dan sentido a este museo ecléctico, que alea en una paleta heterogénea elementos superfluos y prescindibles, que no acaparan demasiado alborozo ni embebecimiento, con verdaderas joyas artísticas que, por sí solas, erradican la acre sensación de pérdida de tiempo cuando uno pasea por las fantasmales áreas de arte contemporáneo, de belleza más que discutible y estrafalaria fachada.
Antes de comenzar mi monóloga disertación, todo mi respeto para los amantes del arte contemporáneo, que aunque no compartamos gustos, respeto los suyos, faltaría más. Espero y deseo que nadie se sienta afrentado por mis palabras, a veces un tanto sangrantes, como saetas ponzoñosas...
Como decía, este famoso museo puede parecer en determinadas áreas un erial exterminado y aciago, que ve pasar sus días al amparo del olvido, sin nadie que lo contemple ni le dedique unos minutos. La marabunta turística, como motivada por un mismo latido, se dirige por atajos y premura hacia las plantas 4 y 5.
Subiendo por una escalinata imaginaria, me gustaría que me acompañáseis hasta la planta 4º, sin preámbulos, sin volver la vista atrás, donde nos espera una maravillosa pintura paisajística"incomprendida" y casi desconocida para el gran vulgo: "Slowly toward the north", de Yves Tanguy.

SLOWLY TOWARD THE NORTH, YVES TANGUY, 1942.
La resemblanza con la técnica de Eugenio Salvador Dalí es en este lienzo innegable.
Sin embargo, recomiendo rematar la jornada más tranquilamente deambulando sin prisa por la planta superior, PLANTA 5ª.
Aquí nos esperan joyas de la talla de "La persistencia de la memoria", del mencionado pintor anacoreta de Figueras.
LA PERSISTENCIA DE LA MEMORIA., EUGENIO SALVADOR DALÍ. 1931
Preciosa, aunque bien singular, sin duda, la obra de Amedeo Modigliani, "Desnudo reclinado".
"DESNUDO RECLINADO" AMEDEO MODIGLIANI- 1919-
Son también fantásticos los cuadros aportados por Henry Rousseau, como "The dream" o "Sleeping Gypsy".

"EL SUEÑO" HENRY ROUSSEAU, 1910.
Para concluir, en este museo de arte contemporáneo, los devotos del malagueño Picasso verán recompensada su visita con cuadros como el famosísimo "Las señoritas de Avignon..
LAS SEÑORITAS DE AVIGNON, PICASSO, 1907.
Y como dice el cuento.... "Colorín colorado, este cuento se ha acabado".
Prácticamente "dirigiéndome a los puestos de facturación", acabo con este artículo postrero mis crónicas viajeras, que, en esta ocasión, me llevaron hasta la remota Nueva York.
He querido dejar para el final el museo de arte moderno más grande del mundo:
MOMA: MUSEO DE ARTE MODERNO DE NUEVA YORK
En esta ocasión, no comenzarán estas líneas dibujando mis característicos panegíricos, enrevesados como las lianas de la jungla.
No merece este museo tales distinciones ni ínfulas de elocuente vanagloria, salvo, eso sí, para aquellos amantes acérrimos e incondicionales del arte contemporáneo, donde un puñado de piedras calizas bien pueden simbolizar el advenimiento del apocalípsis, o un lienzo blanco moteado de mariposas azules y negras, dando a entender la pureza de los animales en estado puro y prístino.
Aquellos amantes del arte que apreciamos: la belleza de las sirenas escamadas que son claramente sirenas escamadas, o los cielos estrellados, donde las estrellas no son chinchetas plateadas, sino estrellas dibujadas por genios de la pintura, deberían seguirme hasta las plantas 4ª y 5º, donde se hacinan los visitantes, huyendo, acaso, del resto de salas vacías y espectrales, ocupadas por cortinones, lienzos abstruso y cosas inimaginables que pretenden ser lo que claramente no son.
SALAS 4 Y 5
Dan sentido a este museo ecléctico, que alea en una paleta heterogénea elementos superfluos y prescindibles, que no acaparan demasiado alborozo ni embebecimiento, con verdaderas joyas artísticas que, por sí solas, erradican la acre sensación de pérdida de tiempo cuando uno pasea por las fantasmales áreas de arte contemporáneo, de belleza más que discutible y estrafalaria fachada.
Antes de comenzar mi monóloga disertación, todo mi respeto para los amantes del arte contemporáneo, que aunque no compartamos gustos, respeto los suyos, faltaría más. Espero y deseo que nadie se sienta afrentado por mis palabras, a veces un tanto sangrantes, como saetas ponzoñosas...
Como decía, este famoso museo puede parecer en determinadas áreas un erial exterminado y aciago, que ve pasar sus días al amparo del olvido, sin nadie que lo contemple ni le dedique unos minutos. La marabunta turística, como motivada por un mismo latido, se dirige por atajos y premura hacia las plantas 4 y 5.
Subiendo por una escalinata imaginaria, me gustaría que me acompañáseis hasta la planta 4º, sin preámbulos, sin volver la vista atrás, donde nos espera una maravillosa pintura paisajística"incomprendida" y casi desconocida para el gran vulgo: "Slowly toward the north", de Yves Tanguy.

SLOWLY TOWARD THE NORTH, YVES TANGUY, 1942.
La resemblanza con la técnica de Eugenio Salvador Dalí es en este lienzo innegable.
Sin embargo, recomiendo rematar la jornada más tranquilamente deambulando sin prisa por la planta superior, PLANTA 5ª.
Aquí nos esperan joyas de la talla de "La persistencia de la memoria", del mencionado pintor anacoreta de Figueras.

Preciosa, aunque bien singular, sin duda, la obra de Amedeo Modigliani, "Desnudo reclinado".

Son también fantásticos los cuadros aportados por Henry Rousseau, como "The dream" o "Sleeping Gypsy".

"EL SUEÑO" HENRY ROUSSEAU, 1910.
Para concluir, en este museo de arte contemporáneo, los devotos del malagueño Picasso verán recompensada su visita con cuadros como el famosísimo "Las señoritas de Avignon..
